lunes, 16 de junio de 2008

Obabakoak, Bernardo Atxaga

Obabakoak Obabakoak
Bernardo Atxaga
Punto de Lectura
ISBN: 978-84-663-2092-4
448 páginas

Obabakoak se compone de 26 relatos independientes que, sin embargo, configuran una realidad lírica única, compleja y al mismo tiempo homogénea. A través de los primeros cuentos el autor presenta el mundo mítico de Obaba, que constituye una especie de referencia, no inmediata desde luego, al mundo rural vasco. En la segunda parte de la obra, varios personajes van entrelazando historias hasta desdibujar la frontera entre la realidad y la ficción, entre leyenda y crónica...

La primera edición de Obabakoak en lengua castellana apareció en noviembre de 1989. Entonces supuso no sólo un descubrimiento asombroso sino también un punto de referencia para la literatura de nuestro tiempo. Hoy, admirado ya por decenas de miles de lectores, este texto sigue brindando una oportunidad única: el reencuentro gozoso con una literatura que nace de lo legendario, de lo oral, y que se nutre de la más rica comunicación entre lo real y lo imaginario. Abrir las páginas de Obabakoak, transitar por sus muchas historias, supone adentrarse en el terreno donde campea a sus anchas el "Érase una vez". Es decir, donde todo es posible.

¿Obabakoak es novela o conjunto de cuentos? Difícil cuestión, tiene una estructura peculiar sobre todo a partir de "En busca de la última palabra". Hasta ese punto, es decir, "Infancias" y "Nueve palabras en honor del pueblo de Villamediana", las concibo como distintas pinceladas sobre Obaba: diversos perfiles, personajes, apuntes sobre la vida en el pueblo que, si bien son independientes unos de otros, sí podrían conformar algo cercano a la novela. La última parte tiene una historia vertebral -podríamos decir que todo lo que sucede alrededor del lagarto- de la que parten multitudinarias narraciones alejadas ya de Obaba. Así que podría tratarse de una novela dentro de la que se contasen distintas historias. Si apelo a la sensación final que me dejó la lectura debo decir que la leí casi como si fuera una novela, como un viaje continuo con varias paradas.

Incluso mientras leía la historia del lagarto me vino al recuerdo Si una noche de invierno un viajero de Calvino, no porque tengan semejanzas sino en cuanto que se interrumpe la lectura. Bien es cierto que en la novela de Calvino nos dejan las historias a la mitad, y en Obabakoak sí llegamos al desenlace. Por cierto, ¡qué angustia me provocó el lagarto! Me ponía nerviosa cada vez que el narrador pasaba a relatar un cuento y dilataba la intriga. Sobre el final... espeluznante, acertadísimo, terrible. Me encantó, sobre todo, que el estilo literario del fragmento final se ajustara a lo que le sucede al protagonista.

Algunos "relatos" me gustaron menos que otros pero casi todos me dejaron algo, una sensación entre triste y alegre: la maestra, el enano, los gemelos, Klaus Hanhn...

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