LO QUE NO:
El final del domingo.
La compañía teórica, sin sustancia, sin tiempo relevante.
La impuntualidad.
Recordar un sueño feliz y darme cuenta de que se quedó ahí, en esa semi-conciencia falsa.
La tristeza sin porqué, la angustia que salta y no tiene nombre.
A veces, el vértigo que da el paso del tiempo.
Darse cuenta de que no te escuchan, pero lo intentan disimular.
3 comentarios:
Hola, hola...
Descubro hoy tu blog buscando en google Estha y Rahel... :) Stoy leyendo el Dios de las pequeñas cosas y me está encantando el libro. Es una delicia.
Nada, encantada y seguiré pasando por aquí.
Besos!
Laura.
Peor, darse cuenta de que no entienden el significado de tus palabras, lo que estás sintiendo en el momento de pronunciarlas, pero lo intentan disimular.
La tristeza sin porqué, la angustia que salta y no tiene nombre... la tristeza que a veces aparece porque ser quién eres te deja sola.
Tomé a préstamo tus ideas.
Saludos amiga rayuela!
¿Y cuándo consideran aquello que te interesa y apasiona como algo tan "extraño" que lo expresan con cierta carita de asco? Eso me ha pasado y, la verdad, he sentido pena por quién así lo expresaba.
Me identifico plenamente con esa última tristeza que comentas. Varias veces tuve que elegir, y opté siempre por lo mismo: seguir siendo como quería ser, a pesar de la soledad que ello supone a veces. ¿Pero para qué tener una compañía vacía que no te interesa?
Saludos a ambas, Veronika y Laura.
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