viernes, 22 de mayo de 2009

El rival de Prometeo. Vidas de autómatas ilustres

El rival de PrometeoEl rival de Prometeo
Vidas de autómatas ilustres

Editorial Impedimenta
ISBN: 978-84-936550-7-5
400 páginas















Déjenme decirles los dos puntos fuertes de mi debilidad por la editorial Impedimenta. Primero, la selección de obras: pequeñas delicatessen poco difundidas de autores consagrados, hallazgos no divulgados en lengua castellana y, también, alguna que otra rareza de las letras. Segundo, el cuidado diseño de sus colecciones que logra que sus libros, al margen de su calidad literaria, sean bellos como objetos. Ambos aspectos, por supuesto, se cumplen en el presente título que inaugura ‘El panteón portátil de Impedimenta’.

La primera noticia que tuve de este libro fue hace unos meses; en ella sólo se daba cuenta de su preparación, pero el título y la temática fueron más que suficientes para despertar mi curiosidad. El rival de Prometeo. Vidas de autómatas ilustres. Con este título, cómo no va a llamar la atención, como no va a ser tentador. Una selección de textos (variopintos en estilo, carácter y época) sobre la creación de vida artificial a manos del hombre. El ser humano creador y Creador. En la mitología griega, Prometeo fue quien robó el fuego a los dioses y, en consecuencia, fue castigado; como introductor del fuego entre los seres humanos e inventor del sacrifico, se lo considera protector de la civilización. En psicoanálisis, el complejo de Prometeo hace referencia a la búsqueda perpetua del conocimiento.

La obra se organiza en cuatro apartados, cada uno de los cuales está compuesto por cuatro o cinco fragmentos extraídos de otras obras y que comparten un mismo espíritu.

martes, 19 de mayo de 2009

Lunes otra vez

Benedetti

después de todo
la muerte es sólo un síntoma
de que hubo vida








Dicen que el lunes es el peor día de la semana: la vuelta al trabajo o al estudio, recomenzar la monotonía horaria rota durante el sábado y el domingo, el sueño acumulado y el implacable despertador. Habría que discutir qué es realmente peor, si el lunes que empieza o el domingo que termina, pero en este momento carece de interés. La cuestión es que ayer mi lunes cumplió la mala fama que lo persigue. No fue el sueño ni la alarma del reloj, ni las tareas pendientes, ni ese sabor redondo y rojo en la boca, pesado, aburrido. Fue el martillazo que se produjo en un segundo y se extendió, silencioso, durante horas. Ayer nadie tiró piedritas contra mi ventana.

Hace unas semanas presagiamos el dolor, estuvimos varios días pendientes de un hilo, negándonos a aceptar lo que amenazaba inminencia. Y cuando los que estamos distantes bajamos la guardia, la ventana se cerró.

Ayer se murió el viejito, se murió un poeta. Ayer murieron tantas palabras verdaderas y hermosas.

No recuerdo el primer verso suyo que leí, ni el momento exacto; en realidad lo que no recuerdo es que no estuviera. Leo sus poemas y los siento viejos, canciones antiguas que sabemos sin saber que las sabemos. Esas páginas forman parte de mi propia geografía, con dolor y con felicidad, con nostalgia, con dulzura, con valentía. Las reproduje en cartas, las estampé en cuadernos, las recité con público y sin público, las escuché en cassettes prestados entre uruguayos y argentinos (preservando un rinconcito de patria al otro lado), las lloré mil veces con una sonrisa en los labios.

Aprendí a preguntar al azar, aprendí el sentimiento de extrañar, aprendí a defender la alegría, aprendí sobre los otros y sus mordazas. Aprendí mucho sobre lo que es la poesía y más aún sobre lo que es la humanidad.

Y es que era lindo saber que usted existía, don Mario. Es lindo saber que todavía nos quedan sus palabras.

Ayer fue lunes, y se murió un poeta.

lunes, 18 de mayo de 2009

La mano izquierda de la oscuridad, Ursula K. Le Guin

La mano izquierda de la oscuridad



La mano izquierda de la oscuridad
(The left hand of darkness)
Ursula K. Le Guin
Ediciones Minotauro







La luz es la mano izquierda de la oscuridad y la oscuridad la mano derecha de la luz.

La mano izquierda de la oscuridad se publicó en 1969, y fue merecedora de los premios Nebula y Hugo. Es una de las tres principales historias del llamado Ciclo Hainish o Ekumen, junto con El nombre del mundo es bosque y Los desposeídos. En 2008 Minotauro las publicó en un volumen conjunto, Los mundos de Ursula K. Le Guin, y este mes ha reeditado la que se considera la novela más emblemática de la autora, La mano izquierda de la oscuridad.

La trama gira en torno a la estancia de Genly Ai, un enviado terrestre del Ekumen, al planeta Gueden, también conocido como Invierno por atravesar una edad glaciar. El Ekumen podría definirse como una liga interplanetaria compuesta por los “mundos inhabitados” (es decir, por aquellos que no son ni los planetas conocidos ni sus colonias) cuyo propósito, en este caso, es que Gueden se una a la alianza. Por ello, Genly Ai lleva dos años en Karhide (uno de los dos reinos más importantes de Gueden) esperando una audiencia con el rey. Cuando llega el momento, todo apunta a que el rey no goza de un juicio sano, ve al Enviado como una amenaza y a su primer ministro, Estraven, como ejemplo de traición.

En un intento por conseguir en otra ciudad lo que ha resultado imposible en Karhide, Genly Ai viaja a Orgoreyn, donde Estraven cumple su exilio. El rechazo de los orgotas hacia Genly provoca el reencuentro entre éste y Estraven que, a partir de este punto, deberán convivir en duras condiciones.

jueves, 14 de mayo de 2009

El piloto ciego, Giovanni Papini







El piloto ciego
(Il pilota cieco)
Giovanni Papini
Rey Lear Editores
ISBN: 978-84-92403-24-0
128 páginas


Giovanni Papini (Florencia, 1881-1956) fue uno de los escritores destacados de la renovación cultural italiana del siglo XX. De formación autodidacta, colaboró en diversas revistas literarias y filosóficas, cultivó el ensayo, la crítica de arte, el relato y la narración cercana a la novela. Su impecable calidad literaria fue, en muchas ocasiones, inseparable de una personalidad controvertida y polémica tras su acercamiento al fascismo. Sin embargo, como confiesa Alicia Mariño en el prólogo de este volumen, Papini es hoy “un autor injustamente olvidado”.

Su primer texto narrativo fue Lo trágico cotidiano (1906), integrado por veintiséis cuentos. A partir de 1914 abandonó el género del relato y sus escritos adoptaron la forma de prosas fragmentarias. Empeñado en promover la renovación literaria en Italia, inició la ardua tarea de escribir una Historia de la Literatura Italiana, de la que sólo llegó a publicar el primer volumen (que dedicó a Benito Mussolini). Fue nombrado académico y presidió el Instituto de Estudios sobre el Renacimiento de Florencia, ciudad en la que también fundó la revista Rinascita.

Tras la Primera Guerra Mundial se convirtió al catolicismo y comenzó a escribir diversos textos de carácter religioso (Historia de Cristo, Cartas del Papa Celestino VI, El Juicio Universal o la discutida El Diablo).

El piloto ciego se publicó en 1909; en la segunda edición de 1913 Papini sustituyó los cuatro cuentos finales por otros cuentos escritos más tarde. Desde entonces, esta segunda versión es la que se considera legítima y es la que ahora publica Rey Lear en traducción de Paloma Alonso Alberti.

martes, 5 de mayo de 2009

La Condesa Sangrienta, de Alejandra Pizarnik




La Condesa Sangrienta
Alejandra Pizarnik
Libros del Zorro
Rojo
ISBN: 978-84-92412-13-6
60 páginas





En 1971 la escritora argentina Alejandra Pizarnik (1936-1972) publicó este texto sobre Erzébet Báthory, conocida como La condesa sangrienta por los crímenes atroces que se le atribuyen. Pizarnik fue una de las figuras clave de la literatura latinoamericana del siglo XX, amiga de Octavio Paz y de Julio Cortázar. Si bien cultivó sobre todo el género lírico, durante sus últimos años se adentró en la prosa y escribió más de 30 artículos y reseñas. Es precisamente este texto, que comenzó siendo una reseña para una revista literaria y terminó trascendiendo sus límites, el que se considera capital dentro de su obra en prosa; ella misma lo defendió del siguiente modo: ¿Cuál es mi estilo? Creo que el del artículo de la condesa. Insisto, una y otra vez, en la fascinación por el tema de mi nota. Nunca después volvió a sucederme algo parecido.

Pizarnik se basó en el texto escrito por Valentine Penrose (‘La Comtesse Sanglante’, 1957), que define como una suerte de vasto y hermoso poema en prosa. Lo cierto es que la argentina, que tanto admiró la erudición y la poesía de Penrose, trasladó a su particular lenguaje literario lo que más le fascinó de la historia y de la narración de aquélla: la “belleza convulsa del personaje” de Erzébet. Así, es este aspecto el que adquiere el primer plano en sus páginas, y no el detalle de las atrocidades cometidas.

Erzébet Báthory (1560-1614) fue una aristócrata húngara, miembro de unas de las familias más poderosas, antiguas y adineradas de Transilvania. A los once años fue prometida al conde Ferenc Nádasdy (conocido como el Caballero Negro de Hungría por su ferocidad en la batalla), con quien se casó dos años después. La buena educación y la cultura de Erzébet sobrepasaban a la de buena parte de los hombres nobles de entonces; a todas luces, parecía ser una mujer excepcional. En 1604 Nádasdy murió por una súbita enfermedad y, a sus 44 años, la condesa se convirtió en una viuda y poderosa señora feudal. Fue a partir de entonces cuando pasó a ocupar el centro de todas las intrigas políticas, pero sin la protección de un ejército.

 
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