sábado, 8 de noviembre de 2008

[Algo para compartir] Raymond Peynet

Mi descubrimiento de Peynet tuvo su lado curioso y, al mismo tiempo, triste. Hace varios años, cuando yo residía al noroeste de esta tierra, el negocio familiar era visitado con frecuencia por un amante de los libros, bastante frustrado por no tener una descendencia que compartiera tal devoción. No sé cómo, un "buen" día le llegó la noticia de que los nuevos habitantes de una casa en el medio del campo estaban deshaciéndose de los restos dejados por sus anteriores habitantes, una familia francesa. Entre esos "restos" había montones de libros y, como a los recién llegados debieron parecerles nomás basurita, ¡optaron por la hoguera! Sí, tal como lo oyen: decidieron quemarlos y, hala, todo como nuevo. Así que este bibliófilo salió al rescate y salvó todo lo que pudo del fuego. Por desgracia se perdieron tomos hermosos y, además, valiosos, ya que les aseguro que la biblioteca de esta gente no estaba compuesta precisamente por los bestsellers del año, sino por varios ejemplares de fines del XIX. Y, bueno, tuve la fortuna de que este hombre se acordara de mí y me tocó de regalo una buena pila de los "rescatados".


Como ya se pueden suponer, entre estos libros había uno de Peynet: Avec les yeux de l'Amour. Chiquitito, oliendo a viejo, de 1966, tapa dura en tela. Je, este mismo que venden en eBay (el mío sin la sobrecubierta):


Avec les yeux de l'Amour


Lo único que lamento es que las ilustraciones no sean en color, ¡pero son tan encantadoras! Los amorosos de Peynet han dado ya la vuelta al mundo; dicen que Brassens no hubiera escrito "Les Bancs Publics" sin ellos, y Aznavour les dedicó la canción "Les Amoureux de Papier". Hoy día existen cuatro museos donde se exponen estos "novios de papel" (Antibes, Brassac les Mines, Karuizawa y Sakuto-cho).



Les Amoureux
Les Amoureux

2 comentarios:

Tacirupeca Jarro dijo...

Aunque tarde, también te digo que me gustan mucho estas ilustraciones, inocentes, ¿no?

Rayuela dijo...

Inocentes pero con su punto de picardía. Adoro este librito.

 
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