Leo porque me gustan las palabras: sus árboles genealógicos, sus significados de mil puertas, cómo juegan las unas con las otras, cómo se encuentran por casualidad y crean belleza.
Leo porque imagino y porque, cuando imagino, leo. Veo páginas escritas en mi cabeza, despierta y también dormida (estas últimas resultan de lo más surrealistas). Los libros imaginan un comienzo -no siempre un final- y yo los aderezo a mi manera.
Leo porque adoro al libro como objeto. Más al viejo que al nuevo, el amarillento y oloroso, el de varias manos.
Leo porque abro mundos. Elijo el de cada día y soy yo misma y otra. Espacios simples al alcance de un billete de tren, espacios complejos de existencia cifrada.
Leo porque me gusta el café caliente y una buena charla. Converso con los autores, tan cercanos y afines a mi soledad. Tan amigos cuando yo estoy callada con todos.
Leo porque respiro mejor, veo mejor, siento mejor. Porque leo y vivo más, y mis pasos dejan palabras en el suelo, que me siguen, que me envuelven, que escriben nuevos libros con los que salir al mundo cada mañana.
6 comentarios:
Yo leo por que"Converso con los autores, tan cercanos y afines a mi soledad. Tan amigos cuando yo estoy callada con todos".
Leo pq me da la vida
muakkkkkkkkkkkkkk
Últimamente me atraen mucho los diarios:el de Cheever, Kafka, Woolf, Mansfield. Días pasados conseguí de la biblioteca pública Cómo se escribe un diario recopilado y prologado por Alan Pauls, muy interesante.
De cabeza me voy a los libros que tienen diarios de trabajo como el de Héctor Tizón o Memorias de Adriano, traducido por Julio Cortázar, de Marguerite Youcenar. Son perfectos para imaginar sus dinámicas y obstáculos de trabajo.
Rayuela, compartimos el amor por los libros como objeto de eso no hay duda.
muy buena tu reflexión acerca de la lectura.
saludos y nos leemos.
Buena reflexión y expresada de forma bella.
Yo leo porque aprendo. Aprendo de los mundos que probablemente nunca conoceré en persona, aprendo de las diferentes perspectivas de ver la vida, aprendo del lenguaje, aprendo de los personajes, aprendo de los comportamientos, aprendo, por ende, de mí misma.
Fuertes abrazos.
Por todo eso, yo también leo.
¡Saludos!
Ay, y la de gente que hay que no abre nunca un libro... Cada uno con sus gustos, desde luego pero... ¡leer abarca tanto!
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