Como bien demuestra este blog, mi principal pasión es la literatura y todo lo que ella conlleva; de ahí que también ame al libro "como objeto". Desde que me acerqué a ellos no he dejado de mirarlos y admirarlos y, aunque el tiempo y la edad modifican los gustos, continúo adorando la literatura infantil (sí, algo de genética también hay). Por cuestiones personales y profesionales desde hace un tiempo me fijo mucho en los álbumes ilustrados, y el panorama es de lo más variado: encuentro libros que me avergüenza ver en las estanterías de una librería y en las manos de los niños, otros "resultones" aunque con una calidad más bien de aprobado raspado y, por último, los que son una delicia para la vista y que ansío tener ahora, en mi vida adulta. Conservo muchos de mis álbumes de niña, bien cuidados, como tesoro, memoria y legado, y juro que, cuando los abro, puedo sentir lo que sentía a mis 5, 7, 10 años. Recuerdo las imágenes que más me llamaban la atención y que, a veces, copiaba; los pasajes favoritos, los muy tontos, los enojosos, los sorprendentes. Pero, sobre todo, recuerdo tener esos libros en mis manos como los tengo en este momento: la sensación de tocar un objeto bello, valioso, una pequeña maravilla que me hace sonreír.
Así que he pensado dejar constancia de los libros infantiles que no tuve entonces y tengo hoy. Los que de ser niña hubiera querido y tengo siendo adulta.
Hoy comienzo con una colección reciente para niños a partir de seis años: El sueño de... (Brosquil Ediciones). Hasta la fecha, se compone de doce títulos, doce cuentos sobre los grandes pintores de la historia: Dalí, Segrelles, Botticelli, Miró, Toulouse-Lautrec, Sorolla y, en la calle desde hace un mes, Botero, Velázquez, Chagall, Picasso, Gauguin y Van Gogh. Los textos se articulan bajo la idea de "el sueño del pintor", a veces más"biografiados", otras más centrados en los cuadros. Un buen punto de partida para acercar el mundo del Arte a los más pequeños.
El sueño de Paul Gauguin
Texto e ilustraciones de Alberto Urcaray
El sueño de Velázquez
Texto e ilustraciones de Marta Rivera Ferner
Texto e ilustraciones de Carles Arbat
10 comentarios:
En general, a mí al menos me pasó, la infancia estuvo carente de propuestas literarias incentivantes; lo que hizo que tuvieramos que partir del autodidactismo.
Por suerte yo siempre tuve buenos guías en temas literarios y artísticos. Como una madeja, cada referencia me hacía tirar de una nueva. Y además salí curiosa, lo que me hace estar siempre buscando.
que lindo lo de los libritos; yo por suerte tbn tuve una infancia rodeada de libros bellisimos... ahora estoy queriendo dedicarme a la ilustracion porque me parece fascinante...
Conoces los libros de Pablo Bernasconi?
Pues no, no conocía nada de Pablo Bernasconi. Acabo de revisar su blog y portfolio y tiene cosas realmente interesantes. ¡Muchas gracias por el dato!
¡Saludos!
Interesante colección! No la he visto en las librerías, pero voy a tenerla en cuenta para este día del niño ;)
Y vuelvo a felicitarte por tu blog!. Me encanta lo que escribes y creo que el tuyo es un aporte muy valioso para todos los que sentimos pasión por los libros.
Saludos!
¡Gracias por tus palabras, Veronika! Me alegra saber que este blog sirve para alguien más que para mí misma.
Sobre los libros infantiles que reseñé, la editorial es española pero sé que están exportando bastante a Latinoamérica.
¡Saludos!
Pues recuerdo, ya de mayor, un libro que me gustó mucho, El anden nº 13 y desde entonces siempre me paso en la libreria por el espacio de literatura infantil y juvenil buscando algún libro que me llame la atencion...
besitos
Y yo deseo completar mis colecciones de entonces. La mayoría ya renovadas, más modernas, pero que igualmente me provocan ganas de retroceder a mi infancia.
¡Saludos!
Hermosos libros, muy lindas las ilustraciones. Te confiesos que también soy un loco por el libro-Objeto, en casa no tengo ningún ejemplar que valga la pena pero si valoro: una edición de Ulisses de Joyce traducido por Salas Subirat editado por Santiago Rueda, un ejemplar de Atlas de Borges en la que figuran los poemas y las fotos en color del poeta junto a Kodama, una versión de Emecé del año 1973 de las Obras completas de Borges y por última una versión de Sobre héroes y tumbas del año 1968 por Sudamericana con la letra tan pequeña que parecen cagaditas de moscas. Supe tener un ejemplar de Plameras salvajes de Willian Faulkner traducido por Borges pero la perdí.
Muy bueno tu blog y te seguiré leyendo
Mariano
Creo que en casa de mis padres está ese ejemplar de Sobre héroes y tumbas; recuerdo que me costó muchísimo leer esas páginas tan apretadas, casi sin márgenes y a punto de salir corriendo del resto del libro. Mi ejemplar de El barón rampante de Calvino es el nº 14de una antigua colección de Bruguera y, aunque, hace unos años me regalaron el tomo de Nuestros antepasados en el que se incluye esta novela, ¡sólo quiero (re)leerlo en mi edición original!
¡Saludos y gracias por la visita!
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