lunes, 19 de enero de 2009

Tim, Vicent, Edgar

Hoy se conmemoran 200 años del nacimiento de Edgar Allan Poe, maestro del terror, inspiración de tantos. Celebraciones siniestras lo homenajearán en distintas ciudades del mundo.

Yo celebro mi fiesta chiquita y privada con algunas palabras, con una cabecera un poco más a tono durante el día de hoy y una breve sesión de filmoteca. ¿A que Tim Burton no les parecerá un invitado inoportuno en estas circunstancias? Así que rescato uno de sus primeros cortos, delicioso, personal, tan Tim: Vincent. Homenaje directo a Vincent Price (quien pone su estupenda voz), pero con claras alusiones a Poe. Que lo disfruten.


Lo que aprendí de Poe

Hasta la palabra más tierna, más blanda, más destinada a la caricia puede erizarme el cabello: gato. Esa bola peluda y suave que ronronea panza arriba ya no es más un bichito inocente, ya no es gato con botas, valeroso y caballero. No. Tras Poe, sólo puedo temer a gato. Sé que me perseguirá más allá de la muerte, con sus uñas y sus huella sigilosas. No permitirá un error. Gato estará siempre ahí para recordar mis malos pasos, para arañar cada falta y manipular el destino.

Las máscaras, al final, develan el rostro. Sea el de la muerte, el de la vida, o el de la extraña conjunción de ambas. ¿De qué nos sirve el escondite y el disfraz? La máscara baila con su rubor malicioso, nos envuelve la cintura y sentimos ulular el tiempo con sabor a tierra.

El corazón, ah, el corazón. Le enseñamos a mentir, a ganar la astucia necesaria para ocultar a la máscara y a gato. Le damos cuerda como a un reloj para habituarlo a nuestro gobierno. Lo sepultamos bajo la sangre, los músculos, la piel. ¿Cómo va a poder hablar bajo tanta sepultura? Pero el corazón acompasa siempre la verdad con su latido de metrónomo, tic-tac, tic-tac, tic-tac…

Ahora temo a gato, a la máscara y al corazón. Siento unas alas negras y protejo mis ojos. Temo soñar. Temo despertar y no diferenciar la fantasía de la realidad, temo amar hasta el delirio y perder el control de mis sentidos. Siento repulsión al recordar el saquito con mis dientes de leche y el deseo supersticioso de aferrarme a un escarabajo maldito. Temo desplomarme como una casa vieja, enterrarme viva y sentir la suavidad de gato. Temo que el corazón me delate, con mis males, con mis miedos, con mis sombras. Tic-tac, tic-tac, tic-tac…
En el doscientos aniversario de Edgar Allan Poe
(19 de enero 1809-7 de octubre de 1849)

jueves, 15 de enero de 2009

Mentiras contagiosas, Jorge Volpi







Mentiras contagiosas
Jorge Volpi
Editorial Páginas de Espuma
ISBN: 978-84-8393-007-6
256 páginas



Desde el momento de su publicación me sentí atraída por este libro, mezcla de ensayo y ficción, sobre los límites de la novela y sus posibilidades de supervivencia. Volpi escribe de forma clara, directa, sin temor a mencionar sus preferencias y a arremeter contra los caminos que en ocasiones sigue la literatura o, mejor dicho, la industria editorial. Así pues, en los dos primeros capítulos encontramos una reflexión aguda, sincera y sumamente interesante sobre los derroteros de la ficción.

Volpi mantiene que la novela, en tanto que producto cultural, se erige también en un fruto de la evolución humana, y es el hombre el único animal capaz no sólo de mentir, sino de tramar mentiras verosímiles y luego disfrutar, aprender e incluso sufrir gracias a ellas. Porque, en realidad, la ficción no pretende conservar la mentira, sino crear una verdad independiente y coherente con sus reglas.

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miércoles, 14 de enero de 2009

Trivia de Arte 20

¡Vuelve la trivia de Arte!

¿A qué obra pertenece este fragmento?


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SOLUCIÓN A LA TRIVIA DE ARTE 20:



El desayuno, François Boucher

El desayuno
François Boucher
1739
Óleo sobre lienzo, 81,5 x 65,5 cm
Museo del Louvre, París

martes, 23 de diciembre de 2008

La figura de la alfombra, Henry James




La figura de la alfombra
(The figure in the carpet)
Henry James
Impedimenta
120 páginas
ISBN: 978-84-936550-8-2



Leer a Henry James es siempre una delicia. Lo son sus personajes, a quienes retrata con una profundidad psicológica aguda, de forma que hasta los que aparentan ser más superficiales nos ofrecen luces y sombras; deliciosos son también sus temas o, mejor dicho, el escenario, el momento y el ambiente en el que estos se desarrollan, y, por supuesto, es delicioso su lenguaje, su forma de presentar la historia a través del detalle, de lo que no se dice, del gesto minúsculo tras el que se revela el enigma.

La mayoría de las historias de James transcurren en una sociedad acomodada, exquisita, bellamente articulada a través de la apariencia, en donde todo presume de ser fino, delicado, digno de contemplación. Pero una vez que descorremos ese velo suave y amable lo bello se resquebraja, lo que antes parecía refinado ahora es abiertamente abyecto. Salen los demonios y caen las máscaras, pero James nos lo cuenta con elegancia, con suprema elegancia. De hecho, aunque no exista nada mezquino en alguna de sus historias, sí hay siempre algo oculto, un secreto, como bien indica Antoni Marí en la introducción de esta obra. La verdad sobre los personajes de Henry James suele estar disimulada por un envoltorio cortés, el mismo que nos podría hacer pensar que su literatura no va más allá de lo agradable, cuando en realidad es de una profundidad grandiosa.

James fue un autor muy prolífico, conocido sobre todo por sus grandes novelas, como Retrato de una dama o Los embajadores, obra esta última que consideraba el mayor logro de su actividad artística. Pero también destacó en el género de relato y de la novella (de extensión mayor que un cuento, pero menor que una novela). En este campo destacan Los papeles de Aspern, Daisy Miller y la muy conocida Otra vuelta de tuerca (1898). La figura de la alfombra, escrita en 1896, forma parte de su “segunda época”, en la que deja a un lado las novelas y se concentra en cuentos y obras de teatro.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Despertares, de Oliver Sacks




Despertares
(Awakenings)
Oliver Sacks
Anagrama, Argumentos
ISBN: 978-84-339-6219-5
600 páginas
Desde la primera vez que leí a Oliver Sacks, con Un antropólogo en Marte, quedé absolutamente fascinada en dos sentidos: uno, por las extraordinarias historias que narraba sobre alteraciones neurológicas (un tema por el que siempre he sentido gran atracción) y, dos, y aquí reside el auténtico motivo de mi fascinación, por la perspectiva que defiende sobre la enfermedad y su tratamiento. Sus libros se centran en temas que, a priori, todos catalogaríamos como “científicos” y, por supuesto, lo son, ya que se trata de casos médicos. Pero lo que a Sacks le interesa no es realizar una exposición sobre la enfermedad en términos puramente científicos, mecánicos y químicos, sino dar una visión sobre los paisajes existenciales en los que viven los pacientes, las experiencias individuales de cada uno con su enfermedad.

Aquí radica su éxito, no sólo el que cuantifica las ventas de sus libros, sino su calidad como científico y como persona. De ahí que, cuando en 2006, Dustin Hoffman presentó el premio ‘Music has power,’ que el Institute for Music and Neurologic Function le concedió a Oliver Sacks, afirmó que lo que en esos momentos estaban celebrando era su profunda humanidad.

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miércoles, 17 de diciembre de 2008

Pausa


A la pregunta de si sigo por aquí, mi respuesta es: sigo, un tanto en la sombra, un mucho callada. Pero seguiré, iré retomando la voz y, espero, también la luz. Estoy atravesando un momento en el que mi cabeza parece la librería más desordenada del mundo, con estantes que tiemblan y volúmenes que amenazan con caerse. También podría decir que es un rayuela un poquito desdibujada, sin ánimo de tirar el tejo y empezar a saltar.

Agradezco a los que me habéis preguntado, los que os habéis preocupado por mi silencio y mi casita abandonada.

Esto es sólo una pausa, a la que espero que pronto le suceda el botón del "play". Quién sabe, quizás una nueva trivia sirva para recomenzar.

Tengo libros en mi mesilla, comentarios pendientes. Es curioso (o quizás todo lo contrario) que en momentos así, desinflados y grises, lo que me despeje sea la lectura sobre alteraciones en nuestra mente. Es Oliver Sacks y sus Despertares. Qué tonta, ¿será que inconscientemente haya recurrido a él para que me despierte...?

martes, 2 de diciembre de 2008

'Chac Mool', de Carlos Fuentes

Chac Mool

En estos días que se celebra el 80 cumpleaños de Carlos Fuentes con nutridos homenajes, escojo uno de sus cuentos para esta sección semanal. Ante todo, confieso que lo único que he leído de Fuentes son relatos de corte fantástico y la novela breve (o “cuento largo”) Aura; todos ellos me fascinaron por ese velo de misterio ambiguo entre la belleza y el terror. ‘Chac Mool’ fue, si mal no recuerdo, el primero que cayó en mis manos y, tras diversas lecturas, conserva su poder de atracción. Forma parte del volumen Los días enmascarados, el primer libro publicado por Fuentes, en 1954, y es uno de sus cuentos más conocidos.

Chac Mool es el término que designa cierto tipo de escultura que representa un hombre acostado sosteniendo un plato sobre el vientre. El nombre significa “jaguar rojo” en maya yucateco, y fue inventado por el explorador Auguste Le Plongeon a fines del siglo XIX. Estas estatuas aparecieron en Mesoamérica durante el posclásico, asociadas a la cultura tolteca y la mayoría de los ejemplares que hoy se conservan aparecieron en Tula y Chichen Itzá. Los expertos creen que se trataba de representaciones sagradas, utilizadas como piedras para los sacrificios. Aunque no está muy claro, según algunas fuentes el Chac Mool estaría relacionado con el dios de la lluvia.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Orígenes de la lectura en braille

Hace poco me enteré de una interesante iniciativa de la ONCE y de Planetalector.com sobre el sistema braille. En su 25ª edición, el concurso escolar de la ONCE se organiza bajo el lema: El braille. Leer y escribir es poder vivir en igualdad. El concurso, dirigido a los centros escolares, propone el diseño grupal de un cartel que refleje lo que el braille significa para las personas ciegas. Los centros participantes recibirán diversos materiales sobre la historia de este sistema y sobre la creación de la escritura en general.

Me parece una gran idea en la que me hubiera gustado participar en mis años escolares. Todos sabemos de la existencia del braille, pero poco acerca de sus orígenes o de su relevancia para los invidentes, así que decidí conocer un poquito más sobre este método de “descubrimiento del libro a través de las manos”.

Louis Braille (1809-1852) fue el creador del actual sistema de lectura que lleva su nombre. Louis perdió la vista en un accidente a los tres años. A los ocho, su padre logra que el niño sea aceptado en la escuela del pueblo en donde, a pesar de seguir las clases únicamente de forma oral, obtiene buenos resultados. Dos años después, en 1819 y gracias a una beca, Louis es enviado a un colegio especial para ciegos en París.

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miércoles, 26 de noviembre de 2008

[Pequeño paréntesis] Forges y el libro (V)

Habréis notado que en las últimas semanas he actualizado el blog con cuentagotas. He estado bastante apurada de tiempo y, concretamente ahora, me estoy tomando unos días de relax (el lunes vuelta a la rutina...). Os pido disculpas con no poca vergüenza de tener abandonadita esta rayuela. Prometo remontar, escribir y contar. Seguir jugando de la tierra al cielo.

A vosotros, mis lectores y jugadores fieles, os dejo con una viñeta del genial Forges.


Forges

 
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