Desde 1978 la Feria del Libro de Frankfurt promueve el Premio Diagram al título del libro más raro del año; dicha mención ha tenido tanto éxito que ahora es impulsada por la revista The Bookseller. La idea nació de la mente de Bruce Roberston, del Grupo Diagram, como método para romper el aburrimiento de la feria.
En la primera edición el libro galardonado fue Actas del Segundo Taller Internacional sobre Ratones Desnudos (Proceedings of the Second International Workshop on Nude Mice), editado por la Universidad de Tokio. Algunos de los premiados y postulados desde entonces han sido:
- Los problemas del queso, resueltos (Cheese Problems Solved)
- La alegría de los pollos (The Joy of Chickens)
- Manual de seguridad en el sadomasoquismo lesbiano (Lesbian Sadomasochism Safety Manual )
- El libro de la mermelada: sus antecedentes, su historia y su papel en el mundo actual (The Book of Marmalade: Its Antecedents, Its History and Its Role in the World Today)
- ¿Cuán verdes eran los nazis? (How green were the Nazis?)
- Cómo cagar en el bosque: un enfoque medioambiental a un arte perdido (How to Shit in the Woods: An Environmentally Sound Approach to a Lost Art)
El pasado 5 de septiembre se anunció el ganador de los últimos 30 años: Los carteros rurales griegos y sus números de cancelación (Greek rural postmen and their cancellation numbers), que luchó hasta el final con Personas que no saben que están muertas (People who don’t know they’re dead: how the attach themselves to unsuspecting bystanders and what to do about it) y Cómo evitar grandes barcos (How to avoid huge ships).
Para que no quepan dudas, el reglamento impone que los libros postulados sean "libros serios".
10 comentarios:
No conocía la noticia. Me parece de un ingenioso total.
Imagino que con esto al menos lograron romper el aparente aburrimiento de la Feria.
Al mismo tiempo me planteo lo siguiente:
a. ¿Las menciones serán siempre bien recibidas por los autores y editores?
b... ¿¿De dónde se sacan estos títulos?? Sobre todo teniendo en cuenta que no son libros humorísticos y muchos de ellos son trabajos de investigación.
¡Saludos!
Como títulos estrambóticos, yo siempre recurro a Harlan Ellison, que es un crack en ello: "Veo a un hombre sentado en una silla y la silla le está mordiendo la pierna",
"¡Arrepiéntete, Arlequín!, dijo el señor Tic Tac", y otros.
Aunque el más extraño que he oído jamás es "Si todo lo demás falla podemos azotar los ojos del caballo y hacerle dormir y soñar", de Tom Reamy. Aunque, como era indio cherokee, tal vez no fuera tan extraño.
Hace unos días tuve una conversación con alguien sobre títulos de libros, pero no de los extraños, como es este caso, sino de los ridículos, de los que disuaden de comprar o leer un libro. Ese también sería un tema interesante (aunque fácilmente ofensivo.)
"Veo a un hombre sentado en una silla y la silla le está mordiendo la pierna" <--- genial, jajaja.
Muy bueno el post, Rayuela! :)
Saludos!
Verónika
Buenísimo el de la silla.
Muy curioso también el del caballo. Al comentar que el autor era cherokee me hace pensar en las particularidades de la cultura y de la lengua. Ese título nos resulta extraño, pero en otra cultura puede ser algo de lo más común. Cuando se aprende una lengua nueva siempre surgen estas "curiosidades"; el hablante nativo no es consciente de lo rara (a veces incomprensible) que puede resultar una expresión para un foráneo.
Me encanta la "arqueología" del lenguaje...
¡Saludos!
Hola!
En principio, precisar que Ellison no sólo sabe poner títulos estrambóticos, sino también escribir buenos relatos.
Y tienes toda la razón, Rayuela, con lo que dices sobre la percepción del título según la cultura, por eso precisé lo de que era cherokee.
A mí también me encanta lo de la arqueología lingüística. ¿Puedo proponer un juego? Hay una única palabra en castellano que procede del lenguaje de los indios miq'maq, antiguos habitantes de la ribera sur del río San Lorenzo, Canadá. No es una palabra nada extraña, y es de uso común. ¿Sabe alguien cuál es?
Y respecto a los títulos, una variedad, algo kamikaze, que siempre me ha llamado la atención son aquellos que ya predisponen a que el críttico haga el chiste o la masacre del libro, independientemente de si es bueno o malo. Sii un libro se titula "Las maldades de Zencovio", escrito por Miguel Fulano, pongamos, es fácil imaginarse al crítico corriendo hacia el ordenador para que no se le adelante nadie a escribir su crónica, titulada, cómo no, "Las Maldades de Fulano".
A este respecto, una anécdota real. En tiempos, se estrenó una película titulada "Aimez-vous Brahms?" (¿Le gusta a usted Brahms?) François Truffaut hizo la crítica en Cahiers du Cinéma, consistente en la ficha filmográfica y una sola frase: "Brahms, sí".
Un saludo.
(Perdona por borrar el comentario anterior. No hay como las prisas para cometer errores)
Mis búsquedas no han dado ningún resultado, snif... ¿Cuál es esa única palabra, Lluís?
Qué estimulante comentario Lluís, te diría que daba para ser un post.
¡Me dejaste intrigada con lo de la palabra!
A mí también me resulta muy interesante la etimología.
¡Saludos!
Verónika
Ah, pues yo tampoco la sé, era por preguntar... Es broma.
La palabra es tobogán. Me gusta citarla porque es un ejemplo muy claro de algo que veréis; si buscáis en el diccionario de la RAE, veréis que dice que proviene del inglés. Muy cierto. El problema es que a los ingleses también les llegó de algún lado, ¿verdad? De Tabaggan, del miq'maq, pasado por el francés de Quebec. Lo descubrí por casualidad un día hojeando el Webster's, y una consulta posterior al RAE (porque casi no creía que una palabra miq'maq figurara como tal en el diccionario) me hizo caer en la cuenta de la reflexión. Ah, otra curiosidad: en realidad, lo que los indios, los franceses y los ingleses se refieren con un tabaggan o toboggan es a un trineo de fondo liso, con lo que se ha producido en castellano una curiosa inversión del término: lo que se desliza no es el objeto, sino el sujeto. :)
Un saludo.
Qué curioso e interesante. Lo que esconden las palabras... Es fascinante descubrir el origen y la evolución del lenguaje. Una de las "imágenes" que, desde niña, me producen estupor, admiración y una extraña sensación de explosión mental (ante lo inabarcable del tema), es el origen de las lenguas.
Qué maravillosas son las palabas...
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