viernes, 5 de septiembre de 2008

Palinuro de México, Fernando del Paso



Palinuro de México
Fernando del Paso
Alfaguara
ISBN: 84-204-2108-1
730 páginas

Premio de Novela México 1975
Premio Rómulo Gallegos 1982


Ésta no es una obra de ficción.
La razón por la cual algunos
de sus personajes prodrían parecerse
a personas de la vida real,
es la misma por la cual algunas
personas de la vida real parecen
personajes de novela.
Nadie, por lo tanto, tiene derecho
a sentirse incluido en este libro.
Nadie, tampoco, a sentirse excluido.

Fernando del Paso




Hará cosa de dos años me encontraba en la biblioteca ávida de algo nuevo; un título, un autor desconocido, un lomo que me saltara a los ojos con un guiño. Iba yo recorriendo estanterías y completamente entregada al “destino” que me llevaría hasta el descubrimiento de páginas memorables, cuando caí en éste. Supongo que lo que llamó mi atención fue el nombre de “Palinuro” que, además, iba completado con “México”. Tomo viejo, algo desvencijado, de edición incómoda y mamotrética. Supongo que lo abrí al azar y leí algunas líneas y, entonces -hubiera sido incomprensible no hacerlo- me dirigí al mostrador para hacer efectivo mi préstamo. Digo que hubiera sido imposible no llevármelo porque se caiga en la página que se caiga supone, directamente, desplomarse de golpe en el mundo-Palinuro. Cómo no iban a atraparme todas esas palabras unidas por la rareza, la imaginación, la poesía, la risa, la hermosura, el ritmo…, definitivamente el ritmo.

Se fue a casa conmigo y allí se quedó algunos meses, con renovaciones y devoluciones por horas de por medio. Lo leí con lentitud, a veces abandonándolo durante días y poniéndole candado; otras veces lo leí marcando las páginas con carcajadas que las desordenaban; lo leí confundida por una vigilia mal llevada, ¿estaba yo soñando o era el libro el que soñaba?; lo leí odiándolo un poquito; lo leí dando las gracias a esa biblioteca, a esa estantería, a ese juego de “encontrar por sorpresa”; lo leí mientras me comía la belleza por adentro; lo leí comprendiendo, de nuevo, que la palabra es un regalo; lo leí ofendida de no haberlo conocido antes, de que otros no lo conocieran; lo leí, casi todo el tiempo, aturdida por la perfecta consonancia de destreza y juego.

Cuando llegué al final que no es final y me obligué a devolverlo, me rompí un poco creyendo que sería muy difícil tenerlo en mi biblioteca. Pero como cuando algo me aturde y maravilla se lo cuento a medio mundo, hubo un cachito de ese mundo que lo encontró por casualidad en una librería de viejo. Procedió a esconderlo en lugar no visible y a avisarme del encuentro. Felicísima esa tarde lluviosa que corrí a hacerlo mío sin carnet de préstamo. (Según nota manuscrita con pluma, su propietario anterior, que empezaba por R, lo hizo suyo -temporalmente- un 13 de noviembre de 1994.)

¿Por qué cuento tanto del cómo lo leí y nada del qué leí? Ah, amigos, porque no se puede explicar lo que es Palinuro. No puedo decir quién es, ni siquiera cuántos son, ni lo que le pasa a lo largo de la historia que no es historia, sino vida. Es decir, pasa todo y pasa nada. Pasa que ríe, llora, se enamora, se enfurece, no entiende y comprende, está en el suelo, en la calle y en la pared, duerme, sueña, ama y desama… Y en todas esas situaciones, están las palabras, que son muchas y bailan juntas, y juegan, juegan, juegan… Y mienten. Porque a Palinuro le encanta mentir. Pero son mentiras del lenguaje que inundan los ojos.

Leer a Palinuro es como caerse por el agujero de Alicia: saltan los relojes, las teteras, el conejo blanco y los gatos invisibles. Es posible que no entendamos, pero es seguro que eso no importa. Basta con desear soñar que imaginamos.

Y… voilà! Cerramos el libro y, qué cosas, nos damos cuenta de que nos hemos quedado dentro.

Ésta es mi historia con Palinuro. Un poco de Palinuro para compartir.

4 comentarios:

Leox dijo...

Cuando me pasa eso con un libro de la biblioteca. Lo tomo de cuando en cuando para saber si tiene nuevas fechas de devolución. A veces mis coruosidad llega hasta tal punto, que voy con el libro lo ingreso al programa y reviso el historial de lectura de las personas , que se lo llevaron a casa.

¿De que biblioteca sacas libros? ¿Hace cuanto que vas a esa biblioteca?

Saludos.

Rayuela dijo...

Ya no vivo en esa ciudad, así que extraño aquella biblioteca que tan bien me surtía. Sólo de vez en cuando, a través de intermediarios, tomo en préstamo alguno de esos libros. ¡Qué momentos felices pasé entre esas estanterías a la espera de algo suculento!

La Fantástica dijo...

Precioso e intenso comentario del libro. Gracias. He llegado a él investigando a partir de un fragmento del libro que me envió un amigo hace tiempo... Y ahora que me apetece entrar en el mundo de Palinuro, me alegra saber y comunicar que... hay una muy reciente reedición, de 2009, de Palinuro de México:

PALINURO DE MEXICO
PASO, FERNANDO DEL
BELACQUA DE EDICIONES Y PUBLICACIONES, S.L. 2009


¡Que la disfrutemos!

Rayuela dijo...

Desconocía esa edición, Aurorita. Yo pude comprarla (tras haber leído el libro en la biblioteca) en una librería de segunda mano y gracias al guiño de un amigo. A ver si con esta reedición se difunde Palinuro, ¡que es necesario!

¡Saludos!

 
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